Puedes llamarlo un empleo de ensueño...
Y en cierto modo, no te equivocarías. Me pagan para estudiar los sueños de la gente. Al fin y al cabo, resulta mucho más sencillo que mis empleados en el Centro del sueño sospechen que yo, Dawn, soy hija del rey del mundo de los sueños, y que puedo vagar por los sueños de otros, combatiendo las pesadillas que les acosan.
Yo lo llamo una pesadilla... Sinceramente, no me vendría nada mal una buena noche de sueño. Pero desde que conocí a Noah Clarke, me siento, si cabe, mas dividida entre los dos mundos. Inteligente, sexy y capaz de controlar sus propios sueños, Noah podría ser el hombre perfecto para mí, salvo que está siendo perseguido en sueños por un mal sobrenatural, empeñado en destruirle a él... y al mundo entero.
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